«Todos los Veterinarios van al Cielo» es una obra fascinante que invita a los lectores a adentrarse en el mundo de los veterinarios a través de un enfoque único y conmovedor. En este libro, el Dr. Tomás Conde Ayuda comparte sus años de experiencia en la clínica veterinaria, relatando casos y anécdotas que muestran la vida de un profesional comprometido con el bienestar de los animales. Con un enfoque emocional y técnico, el autor nos ofrece relatos de momentos de alegría, tragedia y todo lo que ocurre entre medio.
A lo largo de los capítulos, los lectores descubrirán historias sorprendentes de animales, propietarios y situaciones imprevistas que sólo un veterinario podría vivir. Desde el trabajo con caballos en la finca hasta las intervenciones más complicadas, «Todos los Veterinarios van al Cielo» captura la esencia de una profesión que exige dedicación, sacrificio y amor incondicional hacia los animales.
Con una prosa cálida y honesta, el autor transmite no solo la técnica veterinaria, sino también el profundo sentido de humanidad que hay detrás de cada diagnóstico y tratamiento. Una lectura esencial para quienes aman los animales y desean conocer más sobre la labor de los veterinarios.
Entrevista al Dr. Tomás Conde Ayuda sobre Todos los Veterinarios van al Cielo
1) Dr. Conde Ayuda, Todos los Veterinarios van al Cielo es un título que hace sonreír. ¿Cómo se le ocurrió esa idea y cómo refleja el contenido del libro?
Debido a la cantidad de cosas curiosas que nos ocurren y que tenemos que superar en nuestra profesión, pensé que al final nos estábamos mereciendo el cielo y por eso este fue el título definitivo.
También pensé en titularlo “Cómo ser Veterinario sin morir en el intento”, pero me parecía una expresión mucho más utilizada tanto en películas como en libros y para que no fuera repetitivo, opté por este.
2) Como veterinario con 35 años de experiencia, ¿hay alguna historia en el libro que lo haya marcado más que otras?
La historia más impactante me ocurrió con el rey de los gitanos por lo rocambolesco de la situación y el peligro que creo que corrí, pero por la enseñanza que me dejó, realmente valió la pena vivir todo aquello.
La más triste, sin duda, fue la del rottweiler del chupete por su final trágico y porque dolió en el corazón.
3) Entre las anécdotas de caballos y pequeños animales, ¿alguna vez un animal lo ha sorprendido con algo que no esperaba?
La verdad es que muchas veces los animales tienen comportamientos estandarizados (que estudia la etología), pero optan habitualmente por salirse de ellos y actuar de manera errática o alocada, haciendo que lo que teníamos previsto para solventar la situación que se nos planteaba (por ejemplo coser una herida) acabe siendo una situación peligrosa y fuera de control.
Hay que ser flexibles y entender que, al igual que nosotros, su estabilidad no es constante, sino que tiene altibajos.
4) Su amor por los animales parece evidente. ¿Qué cree que le ha enseñado más: los animales o las personas que los cuidan?
Sin duda, los animales enseñan a su forma de hablar, sin articular palabra, haciendo patrones de comportamiento básicos, mostrándonos su maravilloso instinto y dándonos muestras constantes de amor y cariño. Y las personas, haciendo que valga la pena estar junto a ambos.
5) En el libro, encontramos historias divertidas y conmovedoras. ¿Cómo maneja el equilibrio entre la seriedad de la profesión y la ligereza de esas anécdotas?
En la narrativa voy describiendo las situaciones y en algunas hago más énfasis en el aspecto trágico y en otras en el aspecto divertido. Pero todas ellas llevan como mínimo una reflexión, en la cual intento llevar al lector a unir lo que acaban de leer con el amor hacia los animales, su respeto y la necesidad de conocerlos.
6) Con tanto tiempo dedicado a la veterinaria, ¿algún consejo para alguien que quiere seguir sus pasos, pero teme no tener lo necesario?
Pues sin duda que se prepare lo máximo posible, que elija una especie y que estudie sobre ella al máximo y que no deje nunca de seguir en el camino del conocimiento de la medicina.
Puede tener equivocaciones, que en ocasiones echan atrás a mucha gente, pero hay que entender que la experiencia nos va a dar conocimientos que permitirán que nuestro trabajo sea de la máxima calidad.
Deben dejar que la experiencia llegue poco a poco.
7) Ha trabajado con una gran variedad de animales. ¿Algún paciente en particular que le haya dado más trabajo (y más historias)?
Aunque he trabajado con varias especies de animales, mi especialización ha sido en caballos; por tanto, el mayor número de pacientes clínicos que he visitado han sido caballos, yeguas y potros. Estos han sido los que más anécdotas me han acarreados y hoy en día siguen dándome grandes alegrías y grandes historias.
8) Nos mencionó que puede escribir varios libros más. ¿Alguna anécdota que se haya quedado fuera de este primer volumen?
Se han quedado muchas cosas curiosas, actuaciones muy divertidas, pero al final el libro tenía una capacidad y desde luego podría escribir varios libros de anécdotas.
9) En un capítulo habla de una situación que parece sacada de una película de acción con un caballo. ¿Cuáles han sido los momentos más “épicos” de su carrera?
No se puede decir que haya un momento marcado como más “épico” de mi carrera, pero sí que recuerdo varios; entre ellos, un parto en el cual, durante cuatro horas, estuve trayendo al mundo un potro que, por su gran tamaño y porque la yegua era primeriza, fue realmente complicado.
El potro sacaba la boca por fuera de la vulva de la madre y respiraba agitadamente. Tras un minuto de respirar, lo metíamos 30 segundos hacia dentro para intentar coger una de las manos que se había quedado atrapada en el canal del parto, y la cadera le impedía salir con esa mano sin poder movilizarla.
El potro estaba extenuado por la acción de introducirlo en el vientre de la madre, pero al final pudimos darle la vida y el animal nació sano.
Durante dos días no pude moverme y llevaba tantas moraduras en mi cuerpo que tuve que tomarme anticoagulantes para poder salir de aquella situación.
10) La historia de Jacinta, la cabra que alimentó a un potro, es fantástica. ¿Es esta una muestra de que la naturaleza siempre tiene algo preparado para sorprendernos?
Sin duda, aunque nuestras técnicas médicas avanzan cada día más, la naturaleza tiene sus propios medios y resortes, y aquel hombre los conocía y los utilizó para sacar adelante un potro que tenía una baja viabilidad con la ayuda de su cabra.
11) Hablando de sorpresas, ¿alguna vez un paciente lo haya dejado en una situación tan inesperada que pensó: «¿Esto realmente está pasando?»?
Sí me han sorprendido y a veces de manera negativa con múltiples coces cuando no lo esperas.
Por ejemplo, recuerdo en un parto sacando un potro que venía en una oposición inadecuada y la yegua me coceó. Esto es realmente excepcional. No suelen hacerlo; he estado asistiendo a cientos de yeguas en el parto y no lo hacen, pero aquella lo hizo. Siempre hay excepciones.
12) Al trabajar con animales tan grandes, como los caballos, ¿alguna vez se ha sentido más como un «guerrero» que como un veterinario?
Más que como un guerrero, me siento como un médico, como la persona que tiene que dar la salud otra vez a ese animal que está sufriendo. Y aunque a veces las condiciones en las que nos encontramos son de guerrero, jamás olvido que en ese momento soy la máxima posibilidad que tiene ese animal de salir con vida de esa patología.
13) ¿Cómo lidia con el estrés de las emergencias veterinarias? ¿Tiene alguna técnica que le ayude a mantenerse calmado?
El estrés lo sufrimos personalmente, lo sufren nuestros cuerpos, lo sufren nuestras familias y nuestros amigos, pero en los momentos de máxima tensión, aprender respiraciones de yoga, haciendo pausas de respiración y manteniendo el aire, nos ayudan a tener la cabeza con la máxima capacidad.
14) En su experiencia, ¿hay algo que siempre recomienda a los propietarios de animales que, en su opinión, nunca debería faltar?
Para mí es fundamental que los propietarios de los animales, a los que ellos tienen admiración, les den cuando están enfermos acompañamiento y cariño.
Un animal que se siente querido en el momento de una enfermedad, y sobre todo si es una patología grave, hace que todo funcione mejor. Es algo así como lo que nos ocurre a los humanos: tener cariño, acompañamiento y amor a tu lado cuando estás mal es fundamental incluso para la mejoría.
15) Finalmente, ¿hay alguna lección de vida que haya aprendido de un caballo, un perro o incluso un loro?
He aprendido muchas lecciones de vida, pero la fundamental es el respeto hacia estas especies que conviven con nosotros como raza humana y que nos aportan tantas alegrías. Debemos tenerles respeto y cariño por todo lo que nos aportan.